
Pero Mutantia empezó a salir aquí, en nuestra ciudad de Buenos Aires, a finales del año 1979. Todo lo que puedo decir sobre esa época ya me predispone de otra manera para recibir lo que pueda leer en ella. Por empezar, yo no había nacido; todavía existía la Unión Soviética; el golpe militar estaba llegando a su paroxismo. Y vivir era un quilombo peligroso. La divergencia se pagaba directamente con lo más caro.
Pero esta gente, sin hablar de partidos, armas ni estrategias sindicales (quizás porque no querían, quizás porque preferían no hacerlo), empezaron a editar una revista que, por ejemplo, se preguntaba sobre la religiosidad de la izquierda. Se encargaba de traducir a Thomas Merton y a Jim Morrison. Y levantaba una pequeña bandera verde en un campo ensangrentado: la ecología.

Suena tan ñoño: ecología. Suena tan cerrada sobre sí misma. Y sinembargo esta gente empezó haciendo una entrevista a un grupo de arquitectos y terminaron todos juntos concluyendo que las tecnologías solares son la garantía a futuro de la posibilidad de habitar en baja escala el interior del país, de separarnos del centro (las grandes ciudades), quienes ellos mismos, los arquitectos, identifican como el producto de una sociedad que al concentrar (recursos, energía, conocimiento) destruye. Le faltó agregar que es la morada de los que defienden el pensamiento único y autosuficiente. Pero lo saben, vaya que sí.
A ver si nos entendemos; hablan de la plausibilidad de la destrucción de las ciudades.
Es por esto que me tomé el ciclópeo trabajo de retipear el escaneo de esta entrevista, que considero como el argumento solar final. El problema no es tecnológico. Desde la década del '80 que no lo es. No es que nos falten CÓMOs, sino QUIÉNEs.
Nos van quedando cada vez menos excusas.
Salvedades:
- Especialmente recomendado para todos aquellos que se dediquen al diseño, en cualquiera de sus formas.
- Está armado de manera imprimible; así que cualquiera con impresora disponible puede hacerse con un muy buen texto.